Acostumbrada en los últimos años a tener más oscuros que claros, la ganadería disfruta hoy de un buen momento y de mejores expectativas.
Sin regulaciones oficiales que dificulten su comercialización y con un panorama más previsible a futuro, a partir de la baja en las retenciones, la producción de carne aguarda poder consolidarse como un negocio rentable y que redunde en nuevas inversiones.
Quienes están en la actividad desde hace varias décadas valoran este escenario, aunque muchos ya se vienen preparando de manera innovadora y eficiente para capitalizar la coyuntura.
Un ejemplo de ello lo constituye Pretto Agronegocios, la empresa ubicada en Sacanta (departamento San Justo) gerenciada por Mario y Mauricio Pretto y que a lo largo de más de 40 años de trayectoria logró desarrollar y consolidar una estrategia con visión 360 de la actividad.
Su génesis se remonta al espíritu emprendedor que forjó su padre, un referente ganadero en la zona. Lo que arrancó siendo una empresa ganadera ligada a la compra de terneros que se terminaban para la exportación y consumo, y con un pequeño abasto, se transformó en un modelo basado en la intensificación, en la integración y en la gestión precisa de la información.
La década de los años 1990 marcó un punto de inflexión con la intensificación del establecimiento. Lo que comenzó siendo un sistema semiintensivo y de suplementación pastoril, incorporando los primeros silajes, se transformó de manera progresiva.
“Esta evolución fue impulsada por la búsqueda constante de nuevas herramientas y tecnologías, inspiradas incluso por material técnico del Inta. La intensificación fue un paso fundamental y estratégico para la empresa, marcando un antes y un después en su modelo de negocio”, recuerda Mauricio.

Para los Pretto, la clave de la intensificación reside en la recolección de datos, en la medición y en el control diario del avance de los animales. “En un negocio con márgenes muy ajustados, no se permiten errores”, agrega Mauricio.
Mauricio y Mario asemejan su forma de hacer ganadería con la agricultura de precisión, aprendiendo a manejar los “ambientes biológicos ganaderos” a través de la medición de la performance animal. Esta gestión masiva de información les permite identificar animales ineficientes y evitar márgenes negativos.
Modelo actual: recría y engorde
Hoy, la empresa –que también integra el movimiento Crea, con participación fundacional en el grupo Crea del Este en 2018– maneja un modelo de producción que ofrece tanto recría de terneros como engorde de novillos para terceros y también propios.
En el eslabón de la recría, al que la empresa le destina 500 hectáreas, los terneros ingresan con un peso liviano, de entre 120 y 140 kilos. Los primeros 30 días los pasan en corrales con una dieta rica en proteínas a base de alfalfa.
Después de alcanzar de los 170 a los 180 kilos, los animales comienzan a pastorear, principalmente alfalfa o verdeos de invierno, complementados con una suplementación diaria nocturna de alfalfa y de algo de maíz.

“El objetivo es que los terneros ganen entre 80 y 100 kilos por ciclo en esta etapa, con una ganancia diaria promedio de 600 a 700 gramos”, explicó Mario.
Los animales recriados no se venden; están destinados a abastecer el propio feedlot de la empresa. La recría es una estrategia para traer animales a los corrales intensivos, en especial cuando la relación de compra se pone “muy áspera”, reconocen los hermanos.
En el engorde, los terneros recriados ingresan al feedlot con un peso de entre 240 y 250 kilos. La dieta principal en esta etapa es a base de maíz y de rollos de alfalfa de primera calidad, que son producidos por la empresa en sus campos agrícolas.
En los corrales, la ganancia de peso diaria oscila entre un kilo y 1,1 kilos por animal. Las tropas destinadas a consumo interno salen del feedlot con un peso de entre 330 y 370 kilos por cabeza, que representan más del 90% de la producción.
Si bien tienen una pequeña producción para exportación, esta es “muy chica, muy casual” y se destina a animales “muy seleccionados”.
Infraestructura y capacidad operativa
Geográficamente, los campos de recría y el feedlot están separados, pero relativamente cercanos. El campo de recría se encuentra a 10 kilómetros de Las Varillas y produce también la alfalfa que se utiliza.
Este campo, que en el pasado fue de cría intensificada, se transformó en recría a partir de 2018-2019, buscando una estrategia para manejar el flujo de animales hacia el feedlot. El engorde a corral, por su parte, está a 10 kilómetros de Sacanta.
“Hay una distancia de 60 kilómetros entre ambos campos”, indicó Mario.
Actualmente, el feedlot tiene una capacidad para tres mil animales y está en proceso de ampliación para albergar 1.500 animales más.
En términos de rotación, la empresa apunta a mover más de ocho mil cabezas al año, incluyendo 1.500 en recría y un ciclo constante de 3.500 animales en el feedlot, lo que representa entre dos y dos ciclos y medio, llegando a un total de ocho mil a 10 mil cabezas.

El servicio de hotelería representa más del 80% de la población del feedlot. La retribución que perciben es por los kilos producidos.
Ganadería: un modelo de inversión
Rodrigo Bosch, asesor de la empresa, destaca que la “riqueza” de los Pretto reside en su integración desde la recría, el engorde hasta la comercialización de la carne, algo que pocas empresas logran. Para ellos, la cadena de la carne no es lineal, sino un “tejido” donde se pueden hacer alianzas estratégicas con proveedores, con clientes e incluso con inversores de otros sectores, como la agricultura.
El modelo de inversión ganadero que propone la empresa es innovador y transparente. Los productores aclaran que no se garantiza una renta fija, pero se ofrece la posibilidad de “vivir una experiencia ganadera” en la que el beneficio es mutuo.
Se busca un perfil de inversor con “convicción” y gusto por el negocio, promoviendo la confianza y buenas relaciones.
La empresa asesora en la compra del animal, el insumo más importante, buscando “buenos valores” y calidad adecuada. Ofrece un soporte administrativo completo que facilita al inversor la gestión de la información y la trazabilidad de su ganado.
La inversión es totalmente visible, con “tranquera abierta” todo el año, lo que permite al inversor ver sus lotes con caravanas electrónicas en cualquier momento.
“Se brinda previsibilidad sobre los tiempos de salida de los animales y sobre los valores esperados, ofreciendo opciones para retirar, reinvertir o buscar nuevas tropas”, aclaró Mauricio.
Este modelo ha sido una solución para productores agrícolas que, en tiempos de crisis, como la de la chicharrita, han podido invertir su maíz en animales y “hacer andar” su capital.
Una de las ventajas más destacadas por Bosch es la planificación impositiva: la inversión en ganadería puede generar IVA a favor o permitir la compensación del Impuesto a las Ganancias, lo que ayuda a “capturar valor” en lugar de sólo pagar impuestos.
Además del servicio productivo, la empresa también asiste en la gestión comercial y en la venta de los animales terminados para el hotelero, aunque el inversor es libre de comercializar por su cuenta.
La empresa busca asegurar la calidad nutricional y sanitaria de los animales al ingreso, ya que “más del 80% de la performance de un animal dentro de corral lo define el estado nutricional y sanitario al ingreso”.
Para ello, cada animal que ingresa es caravaneado y se registra su origen, permitiendo una trazabilidad completa y el seguimiento de su rendimiento.
El vínculo con la agricultura
Este modelo se distingue por integrar a distintos actores del agro en una cadena de valor que va desde la recría hasta la góndola, combinando producción ganadera, servicios especializados y comercialización directa.
Lejos de limitarse a una estructura tradicional, el enfoque de los Pretto se apoya en la colaboración con productores agrícolas, con inversores y con prestadores de servicios para lograr eficiencia, escala y rentabilidad.

Una de las piezas clave del sistema es la participación de productores agrícolas que, sin necesidad de contar con infraestructura ganadera propia, pueden transformar el grano producido en sus campos en carne, y generar valor agregado en origen. Esta sinergia permite que el grano se convierta en proteína animal dentro de un esquema previsible y profesional, diversificando ingresos y reduciendo riesgos.
Además, el modelo ofrece una alternativa atractiva para inversores que buscan participar en el negocio ganadero de forma segura, integrándose a una estructura consolidada, con experiencia, con respaldo técnico y con canales comerciales ya desarrollados.
De esta manera, las alianzas estratégicas no sólo permiten potenciar cada eslabón de la cadena, sino que también conforman un ecosistema productivo sólido, dinámico y adaptable a los desafíos actuales del sector agropecuario.
Desde 2020, la empresa ha profundizado su participación en la comercialización de carne. Además de comercializar medias reses bovinas, que se faenan en los frigoríficos Logros (Río Segundo) y Novara (Toledo), está desarrollando una marca propia de cortes como un canal paralelo. El cerdo es también parte de la actividad del abasto.
Valor agregado: la comercialización de la carne
Si bien reconocen que la comercialización de carne es un eslabón complejo, la clave está en lograr una integración adecuada del negocio.
La trazabilidad desde la producción les permite conocer la calidad de la carne faenada y cómo el cliente la recibe, enfocándose en la continuidad y homogeneidad de la calidad a lo largo del año.
La empresa atiende a más de 150 carnicerías y gestiona sus demandas diarias. Opera con un sistema de gestión que registra los pedidos de los carniceros por cada tropa y garrón de la media res. Diariamente, al final de la tarde, se toman los pedidos para el frigorífico, que se distribuyen al día siguiente.
Este nivel de integración, desde la producción primaria hasta la venta del producto final con control de calidad, es un valor agregado diferencial que buscan perfeccionar continuamente.
El desempeño alcanzado –destacan Mauricio y Mario– no hubiera sido posible sin el equipo de colaboradores que trabajan en la empresa, convencidos de la necesidad de la mejora de los procesos y del aprendizaje continuo.