Avanza la cosecha de maíz y, junto con el sorgo, son los principales cultivos de verano que restan aún terminar su cosecha nacional.
En el caso del sorgo, ya se ha cosechado 75% de la superficie de siembra, con un rinde promedio de 30 quintales por hectárea, arrojado un volumen ya recolectado de 1,9 millones de toneladas, de acuerdo con el informe semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
Para este cereal se mantiene su estimado de producción en 2,5 millones de toneladas. En el caso del maíz, ya se ha cosechado 66% del área de siembra, con un rinde promedio de 49,7 quintales por hectárea y un volumen de producción de 22,7 millones de toneladas.
El maíz que falta cosechar es el de siembra tardía o de segunda, que ingresa al mercado durante los meses de julio y hasta mediados de agosto.
La BCBA ratifica su último estimado de producción de maíz de 34 millones de toneladas. Este valor representa 18 millones de toneladas menos que en la cosecha anterior, de 52 millones de toneladas.
Si analizamos el ingreso de camiones de maíz en los principales puertos de Argentina, durante la tercera semana del presente mes se produjo un aumento considerable con respecto a las primeras dos semanas del mes.
Durante las primeras dos semanas de julio, ingresó a los puertos un promedio de entre 850 y 950 camiones diarios. El gran salto se produce en la tercera semana, con un promedio de 2.600 a tres mil camiones por día.
En términos de volúmenes, en la tercera semana de julio se llegó a un promedio de 550 mil toneladas, en contraste con el promedio de 170 mil toneladas en las dos primeras semanas del mes.
La posición comercial de los exportadores muestra compras acumuladas por un total de 14,8 millones de toneladas, a lo que se debe agregar el volumen de existencias finales de la cosecha anterior, estimado en tres millones de toneladas.
En total, los exportadores disponen de un volumen acumulado de 17,8 millones de toneladas, mientras que las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) totalizan 14,6 millones de toneladas.
Mientras que el saldo exportable se puede estimar en un rango de 20 a 25 millones de toneladas, por el momento no hay mayor interés de los exportadores por aumentar sus registros de exportación, conocidos como DJVE.
Se entiende la estrategia de la exportación de comprar todo el maíz disponible que salga durante la cosecha, pues terminada esta la oferta de maíz se verá reducida a su mínima expresión.
Los productores que están cosechando, si están a distancia de flete a las terminales portuarias, venden su producción directamente de la salida de la cosechadora al elevador portuario.
De esta forma, el productor se ahorra el flete corto, no debe pagar el costo de silo bolsa, ni tiene costo de paritaria en el caso que decida entregar su maíz al acopiador.
El mercado se enfrenta a una muy buena oferta de maíz disponible, que se mantendrá hasta que la cosecha termine, mientras que la exportación paga abiertamente U$S 200 la tonelada con oferta en firme.
Todo el maíz que sale directo de la tranquera al puerto es grano con destino al exterior.
En otras zonas, el productor cosecha el maíz y lo almacena en su campo, en silo bolsa, o se lo entrega al acopiador, con el consumo doméstico como destino final.
Los tiempos del proceso de comercialización coinciden con las elecciones Paso y su resultado, y con los momentos previos a la elección presidencial.
Como vemos, la alta incertidumbre política se traslada a la incertidumbre económica y cambiaria, al depender del maíz la posibilidad de recomponer reservas del Banco Central y calmar a los mercados, al menos hasta el momento de las primarias obligatorias.
