Entre noviembre y diciembre transcurren las fechas de siembra de los maíces “demorados” o tardíos, una alternativa ya muy difundida en el país que ha permitido llevar adelante el cultivo en condiciones de mucha estabilidad.
“Cuando manejamos la nutrición de maíces tardíos en nuestra región semiárida centro sur, lo que tenemos que tener claro es la expectativa de rendimiento; la cantidad de nitrógeno al inicio del cultivo es crítica y si estoy en una situación muy probable de limitación con fósforo, actuar en consecuencia, aplicándolo en la siembra”, sostiene el especialista Martín Díaz Zorita.
A partir de allí, estar atentos al crecimiento de limitaciones de zinc. En cuanto al azufre, es un elemento que va a acompañar y mejorar la eficiencia de todo el cultivo.
En aquellos sectores donde la oferta de nitrógeno es insuficiente, “sin dudas que la complementariedad con azufre es algo que va a hacer falta para lograr un cultivo más productivo”, resume el docente de la Universidad Nacional de La Pampa.
En Agroexpertos, el espacio multimedia de Agrovoz, Díaz Zorita es otro de los referentes que expone sobre el manejo eficiente de la nutrición en maíces tardíos. Se trata de una propuesta de capacitación y de intercambio entre los expertos y quienes se sumen para alimentar una red de conocimiento en torno de las principales actividades del agro.
La región semiárida centro sur abarca gran parte del oeste de la provincia de Buenos Aires, el noreste de La Pampa y sur de Córdoba. El maíz tardío es una estrategia para producir el cultivo en condiciones de mucha estabilidad, principalmente ante las variabilidades climáticas.
Gestión del nitrógeno
Zorita aclara que “no hay un modelo ideal, único, perfecto, para el manejo de nutrición nitrogenada tanto para siembras tempranas como tardías, sino que intervienen distintas herramientas y criterios para tomar la mejor decisión”.
En primer lugar, conocer la cantidad de nitrógeno, medida como nitratos en los primeros 60 centímetros del perfil del suelo en el momento de la siembra es crítico. Eso indica la disponibilidad efectiva a la que ese cultivo va a acceder, a través de la transpiración de la planta y la incorporación del agua. No hay números promedio, sino un número sitio por sitio, ambiente por ambiente, expone el consultor.
Los análisis de suelo son muy importantes como herramientas de decisión, sobre todo ante la heterogeneidad de ambientes. Aporta cuál es la realidad del nitrógeno, pero también da indicadores en cuanto a la potencialidad de producción.
Para llevar a cabo el análisis es necesario separar sectores que a priori se reconocen como diferentes para el muestreo. Luego, la interpretación tiene que ir de lo simple a lo complejo, desde la oferta real disponible hasta la mineralización y las expectativas de producción.
La mejor estrategia para un manejo responsable de la nutrición nitrogenada de maíz temprano o tardío es considerar el balance de nitrógeno.
Este determina lo que se deberá aportar en la fertilización (lo que el suelo no es capaz de disponer en forma inmediata para que el cultivo crezca).
La diferencia entre la demanda y la oferta es lo que se conoce como dosis de nitrógeno a aplicar.
