Por estos días, se convirtió en viral el streaming que el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) lleva a cabo con imágenes que exploran el mar argentino, A 3.600 metros de profundidad, cámaras y robots subacuáticos analizan e identifican la biodiversidad de la fauna.
Más allá de la atención que despertaron en el público en general los paisajes submarinos, el proyecto puso de relieve lo que científicos e investigadores argentinos pueden llegar a hacer en materia de extensión.
Es un punto a favor para un organismo científico y técnico que, según sostienen sus trabajadores, atraviesa por un recorte en el financiamiento y en los programas de investigación que podría poner en riesgo proyectos estratégicos y la continuidad de muchos becarios.
En el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) se vive una situación similar. Aunque lejos del interés despertado por las transmisiones submarinas del Conicet, el organismo también se encamina al fondo del mar, según advierten sus trabajadores y directivos que, por ahora, son parte de la gestión.
A un mes de la entrada en vigencia del decreto 462/2025, a través del cual el Gobierno nacional dispuso la transformación del Inta en un organismo desconcentrado que depende de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, la actividad en el organismo se ha reducido prácticamente a cero. Con el poder que le asignó la reestructuración de gobernanza (con la eliminación de la representación del director nacional, del movimiento Crea y de las universidades), el presidente del organismo trabaja en el “nuevo” Inta.
En el futuro, el instituto no se parecerá en nada al actual, que se creó en 1958: se prevé el cierre de alrededor de 40 agencias de extensión rural (sobre un total de 258 que hay en el país, de las cuales 26 están en Córdoba) y la reubicación del personal en áreas consideradas de mayor impacto territorial.
Por lo pronto, el ajuste ya está puertas adentro. La reducción del gasto incluye la eliminación de todos los teléfonos corporativos, por lo que cada agente debe utilizar su propia línea de servicio móvil.
Además, se implementó una política de “alquileres cero” para eliminar gastos en inmuebles. Uno de los puntos más sensibles de la reestructuración es la reducción de personal. Aseguran que el Ministerio de Economía impulsa un recorte de 1.500 puestos de trabajo sobre los seis mil existentes en la actualidad, lo que equivale a un 25% de la planta. Por lo pronto, se comunicó que no habrá prórrogas de contratos y que el plan de retiros voluntarios se habilitará entre el 10 y el 15 de agosto.
En una reunión realizada esta semana por los integrantes del Consejo Regional en Córdoba, el espacio que tiene a su cargo la gestión y la territorialidad del Inta en la provincia fue contundente respecto de la visión oficial sobre el futuro del organismo. Advirtió que se plantea una reforma regresiva, que centraliza el poder de decisión en una figura unipersonal, elimina la participación federal en la gobernanza del Inta, reduce su consejo directivo a un rol consultivo, y pone en riesgo su autonomía operativa, estratégica y patrimonial.
“Estas medidas desvirtúan el modelo de gestión institucional construido durante casi 70 años, basado en la articulación público-privada, la presencia territorial y la excelencia técnica garantizada por concursos públicos”, se expresó.
La pérdida de patrimonio humano y también económico fue señalada desde Córdoba como una señal de alarma dentro de lo que sería el nuevo Inta que diseña el Gobierno.
Es que el decreto habilita a la Agencia de Administración de Bienes del Estado para que disponga el patrimonio del Inta, lo que es percibido dentro de la institución como “una amenaza directa a su infraestructura operativa y su capacidad de trabajo en territorio, ya que la tierra es un capital irrecuperable si se da de baja”.
De las 100 mil hectáreas que tiene el Inta, alrededor de 50 mil podrían llevar el cartel de venta. A eso se suma el impacto sobre su estructura, que tendría una nueva convocatoria a retiros voluntarios a partir de esta semana, lo que reduciría aún más la masa laboral del organismo.