“Todas las ineficiencias en materia de infraestructura las terminan pagando los productores en los precios que reciben”. La frase quedó flotando en el aire luego de los 40 minutos de disertación por parte del economista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Julio Calzada.
Ocurrió el miércoles pasado, durante la primera charla del ciclo “Coyuntura y agro, una mirada económica y política”, realizado en el auditorio de La Voz y que tendrá continuidad a lo largo del año.
Calzada, quien ofreció un completo panorama sobre la infraestructura actual del país vinculada a la agroindustria y su potencial de crecimiento, fue escuchado con atención tras las disertaciones del analista de mercado de granos Pablo Adreani; y la directora del Departamento de Información Agronómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba, Silvina Fiant.
La jornada se completó con el análisis de coyuntura política, a cargo de Eduardo van der Kooy, y del escenario económico, a través de una exposición de Daniel Artana.
La primera charla del ciclo contó con el auspicio de Corteva Agriscience, Telecom, Air Europa, Ecovatio y el acompañamiento de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la Fundación Bolsa de Cereales de Córdoba y el Ministerio de Bioagroindustria de Córdoba.
Obras clave para dar el salto
Con cambios en materia de logística y transporte, desarrollo de rutas, tanto terrestres como fluviales, con más tecnología e innovación, y sin retenciones a productos agrícolas, el experto de la BCR estimó que la producción total de granos de Argentina podría alcanzar aproximadamente las 260 millones de toneladas en 2035, un número significativo y muy superior a las 140 millones de toneladas actuales.
Un dato de contexto sirve para mostrar cómo aquellos países que apostaron por desarrollar la infraestructura y por la tecnología aumentaron su producción. Brasil, por ejemplo, cuya producción de soja, maíz y trigo es más del doble que la argentina (254 millones de toneladas contra 116 millones de toneladas).
En los tres cultivos, desde la década de 1990 a la campaña 2021/2022, mientras que la producción del gigante sudamericano creció un 340%, la de Argentina lo hizo un 220%.
“El cierre de brechas tecnológicas, es decir semillas mejoramiento genético en semillas, en agroquímicos y fertilizantes, entre otros ítems, podría hacer que Argentina, solo en soja, incremente las exportaciones en más de U$S 3.000 millones”, ejemplificó Calzada.
En ese marco, el aporte de Córdoba es significativo. Según el último reporte de la Bolsa de Cereales local, entre soja, maíz, maní, sorgo y girasol se espera una producción de 31.805.400 toneladas para la campaña estival 2024/25.
El maíz, con 16.052.600 toneladas (-12% con respecto al cliclo anterior) pica en punta, seguido por la soja 14.284.600 toneladas, que tuvo un incremento del 18% comparado con la campaña 2023/24).
Con respecto a la redes para su transporte y el agregado de valor, Silvina Fiant describió: “Se transforma poco y se transporta mucho”.
Argentina, lejos de los mercados de consumo mundial
Uno de los “problemas” de Argentina es su ubicación en el mundo: está alejada de los principales centros de consumo. “Estamos geográficamente lejos de los mercados. El costo de transporte y la logística es un tema clave para la economía de nuestro país. La logística de transporte internacional de granos y derivados está hoy en el medio de un tablero geopolítico conflictivo. Y nosotros competimos con países de la talla de Estados Unidos, Brasil, Rusia, Unión Europea, Australia o Nueva Zelanda”, sostuvo Calzada.
La importancia en ser más eficiente y bajar costos de transporte radica en que el 70% de lo producido en Argentina se destina a la exportación. No sólo eso. Además, la competencia es con países con enorme desarrollo y gran poderío granario y agroindustrial.
En uno de los gráficos que Calzada mostró en el auditorio de La Voz se observa que nuestro país ocupa el tercer lugar del ranking de los principales países exportadores en 2021/22. El listado es encabezado por Estados Unidos, con 165 millones de toneladas métricas; seguido por Brasil con 148 millones de toneladas métricas, y Argentina con 98,1 millones de toneladas métricas.
Red vial deficiente en Argentina
La red vial argentina, por donde se transporta más del 80% de los granos que produce el país, es deficiente. Según un relevamiento de 2021, apenas el 31% de las rutas se encontraban en buen estado, mientras que un 27,6% estaba en estado regular y el 40,7% en mal estado. “Desde entonces, la situación ha empeorado debido al estancamiento de licitaciones, obras inconclusas y la falta de mantenimiento”, señala un reporte de la BCR.
Sobre un total de 240 mil kilómetros relevados, apenas 81.000 están pavimentados. Faltan autopistas y autovías, pues Argentina tiene apenas 1.100 kilómetros de autopistas y 1.700 de autovías. También faltan banquinas pavimentadas: del total de rutas nacionales, sólo el 8% posee banquinas pavimentadas.
Entre otras deficiencias, hay falta mantenimiento y señalización en las rutas, mientras que en los cruces ferroviarios a nivel faltan puentes e intercambiadores.
Deficiencias que aumentan costos
Los caminos rurales del país tampoco muestran una imagen esperanzadora en ese sentido. Según un relevamiento del consultor y especialista en transportes Miguel Salvia, de los 400 mil kilómetros de caminos rurales, 270 mil están localizados en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y la Pampa. Calzada destacó el trabajo y la articulación que existe en Córdoba con los Consorcios Camineros, pero consignó que en Santa Fe, por ejemplo, este sistema tiene serias deficiencias.
La congestión en el acceso al Gran Rosario, según el Banco Mundial, aumenta el costo de logística en U$S 8,1 por tonelada. Este sobrecosto representa entre el 10% y el 13% del costo logístico FAS en el caso de la soja. Ingresan 55 millones de toneladas de granos por camión y 4 millones de toneladas por ferrocarril. Solucionar este problema representaría un ahorro anual aproximado de U$S 450 millones, según el reporte de la BCR.
El Gobierno nacional, indicó Calzada, licitará 9.342 kilómetros en 13 tramos a lo largo del país. Es el 20% de la red vial, pero el 80% del tránsito. Se trata de rutas nacionales que recorren Entre Ríos, Rosario, Santa Fe y el este de Córdoba (RN19).
Las características de la producción y la geografía del país, son propicias para el transporte ferroviario. Uno de los estudios realizados evaluó su potencialidad en 100 millones de toneladas, de los cuales 40 millones son cargas agrícolas.
Con 100 millones de toneladas, la participación del ferrocarril en la matriz de transporte actual estaría alrededor del 18,5%. “Un valor razonable”, describió Calzada.
Lograr un crecimiento de este orden implicaría crecer a tasas acumuladas anuales del 10%, durante 14 años.
Este objetivo sólo sería posible, según los expertos, transformando la lógica del actual sistema.
Infraestructura: las vías fluviales
Meses atrás la licitación de la Hidrovía Paraná-Paraguay fue anulada por el Gobierno debido a que se presentó una única oferta, lo que no garantizaba una competencia justa. El concesionamiento del dragado y balizamiento de dicha ruta es de suma importancia, pues fue uno de los factores que permitió el crecimiento de la producción de granos y exportaciones en Argentina.
Un total de 100 millones de toneladas (U$S 70 mil millones) transitan anualmente por la hidrovía. Es aproximadamente el 75% del total del comercio exterior.
Con la mejora de la vía navegable se podrían bajar los costos logísticos de las exportaciones e importaciones para darle mayor competitividad de la economía.
Es preciso mejorar la seguridad de la navegación mediante la implementación de sistemas de información online, en tiempo real, boyas inteligentes (datos climáticos, mareas, ambientales), cartas electrónicas actualizadas online, determinantes críticas bajo sistemas de inteligencia artificial con el objetivo de alcanzar estándares internacionales de eficiencia e información.
Todo ello garantiza también la sostenibilidad económica y ambiental.
Mejorar la infraestructura del país resulta clave para darle un impulso al desarrollo agroindustrial argentino. Pero no es el único ítem que figura en la agenda de reformas. Cuestiones macroeconómicas que podrían incentivar a la producción también podrían ser objeto de cambios para acercarse al verdadero potencial.