Al norte del departamento Río Segundo, las lluvias se habían vuelto erráticas y poco generosas para la producción de granos. En ese escenario, y luego de soportar cuatro años seguidos de sequía, Franco Bertello y su padre, Víctor, decidieron hace dos años transformar la producción en Don Tomasito.
El establecimiento, que ahora con Franco suma a la tercera generación de la familia al frente de la gestión productiva, incorporó hace dos campañas el riego por goteo. Esa metamorfosis –pasar de la producción en secano a la de agua complementaria– modificó 180 grados la ecuación productiva y económica del modelo agrícola. Un claro ejemplo de cómo la inversión en tecnología puede dar estabilidad en zonas afectadas por la variabilidad climática.
La actividad tradicional de los Bertello ha girado históricamente en torno a la producción de alfalfa para exportación y, en paralelo, a la agricultura.
Sin embargo, la sequía llevó a situaciones críticas, como maíces que apenas rendían 40 quintales, e incluso a eliminar el trigo de la rotación (“trigo era cero”, recuerda Franco) debido a la falta de lluvias invernales y veranos secos.
La incorporación del riego no solo mitigó el riesgo, sino que permitió duplicar y, en algunos casos, triplicar los quintales obtenidos. Hoy, el establecimiento aprovecha su superficie productiva durante los 12 meses del año.
Sobre una superficie de 370 hectáreas, Don Tomasito tiene instalado un sistema de riego por goteo (tecnología estadounidense Rivulis).
Eligieron el goteo en lugar del pívot central debido a su mayor eficiencia y a la forma de los lotes. Este sistema permite regar casi el 99% de la superficie, superando la limitación de las esquinas que el pívot deja sin cubrir al trabajar en círculos.
El área con riego suplementario representa un 20% de las hectáreas totales del establecimiento. La proyección es ambiciosa: planean alcanzar las 500 hectáreas el próximo año, llegando así al 30% del total.
Franco estima que, con estos rindes, el período de amortización de la inversión será de no menos de cinco años, siempre que se realice doble cultivo.
Los suelos de la zona donde está instalado el sistema de riego son clase tres y cuatro, con una calidad de entre “seis y siete puntos”, evalúa Franco.
En condiciones normales –solo con el aporte de las precipitaciones–, sería imposible alcanzar las productividades actuales.
La incorporación del riego cambió sustancialmente la rotación agrícola en Don Tomasito. Mientras que en el secano solían optar por un 50% de soja y 50% de maíz, bajo riego la estrategia es 100% cereales, enfocada en maíz y trigo, ya que son los cultivos que brindan una diferencia económica mucho más rentable y una mayor respuesta en rinde que la soja.
Para asegurar el flujo de fondos que permita afrontar los créditos semestrales, la estrategia es hacer maíz y trigo.
El manejo incluye la división en módulos: uno, donde se hace maíz de primera que luego pasa a trigo; y dos, con maíz de segunda que luego recibe al maíz de primera.
Sobre los rastrojos de trigo se incluye el maíz de segunda.
Por estos días, el maíz de primera está en plena evolución. Sembrado el 18 de septiembre, ya se encuentra próximo a la floración.
Sobre su condición a campo, Franco comentó que “viene muy bien”, acompañado por “un par de lluvias” durante el otoño y el invierno “muy interesantes”.
El cultivo estará listo para cosecha hacia mediados de marzo, aproximadamente.
Transcurriendo la segunda campaña con riego en el establecimiento, los rendimientos obtenidos son notables:
En el año del debut, el maíz entregó 130 quintales en la campaña 2024/2025.
En la cosecha actual de trigo, el cereal dio un salto significativo: de no aportar nada a la rotación, pasó a dejar en las tolvas 95 quintales por hectárea.
Si bien el productor destaca que en la campaña actual se dieron condiciones muy favorables para el trigo, incluso en secano, el riego permite perforar los techos.
“La clave del riego es la estabilidad”, sostiene Bertello, reafirmando una vez más la principal fortaleza que aporta la tecnología.
Para garantizar la rentabilidad, los rendimientos de indiferencia (costos que incluyen riego, luz, servicio e insumos) bajo riego son de 50 quintales en trigo, regando aproximadamente 350 milímetros durante el ciclo.
En el caso del maíz, para no perder plata con el cereal, la productividad debe asegurar un piso de entre 80 y 90 quintales.
Alfalfa: un negocio que aprovecha la napa
Aunque la alfalfa es un cultivo fuerte para Don Tomasito, se mantiene en secano. La razón es la particularidad de la zona: la napa freática está relativamente cerca (hoy entre 4,5 y 5 metros, sostiene Franco), lo que permite obtener “rindes excepcionales” sin necesidad de riego.
La alfalfa bajo riego podría generar un 20% o un 30% más, pero el maíz, al responder con un 100% adicional, ofrece un margen superior, por lo que la inversión se concentra en agricultura y no en la reina de las forrajeras.
Los lotes de alfalfa, que duran entre cuatro y cinco años, sí forman parte de la rotación general del establecimiento.
Una vez removido el cultivo perenne, el 95% de las veces se inicia con un maíz, seguido de soja, y luego se le da al lote dos años de descanso antes de volver a la alfalfa.
A partir del riego, el paquete tecnológico implementado por Bertello es de “punta”: la estrategia es que cada cultivo reciba lo necesario en cada sector del lote.
El manejo comienza con el muestreo de suelo y el uso de un escáner para identificar ambientes y nutrientes. Esto permite la aplicación de dosis variables (densidad de siembra y fertilización) para ajustar la necesidad de cada ambiente.
El riego por goteo facilita la fertirrigación, logrando que la planta aproveche el 100% del nutriente al aplicarse con el agua directamente sobre la raíz.
Además, en cultivos de altos rendimientos, se hace hincapié en los micronutrientes (como zinc y boro), que se aplican con drones o aviones para evitar el pisoteo del cultivo, especialmente en etapas avanzadas.
Bajo riego, es clave controlar enfermedades y hongos debido al aumento de follaje y la humedad constante.
En cuanto a la genética, se utilizan materiales de punta de distintos semilleros para maximizar el techo de rinde.
Como parte de una estrategia para testear genética y generar información local, Don Tomasito realiza ensayos permanentes con entre cinco y 10 variedades para evaluar cuáles se adaptan mejor a las condiciones del año y de la zona bajo riego.
Encuentro de líderes de riego en Oncativo
El establecimiento Don Tomasito fue una de las estaciones a campo que incluyó el Encuentro de Líderes en Riego, realizado el 26 y 27 de noviembre en Oncativo.
El espacio sirvió para la actualización técnica, el networking profesional y la vinculación entre productores, empresas y especialistas. Durante las dos jornadas, el encuentro ofreció una combinación de recorridas a campo, presentaciones técnicas y análisis productivo orientado a mejorar la eficiencia del riego en sistemas agrícolas y mixtos.
La gira a campo incluyó la visita a un establecimiento, en la zona de Impira, que trabaja un sistema mixto con riego por aspersión en 100 hectáreas de maíz, integrado a un feedlot con manejo de estiércol que busca en el cereal los 18.000 kilos por hectárea.
La segunda jornada se desarrolló en el centro de la ciudad de Oncativo, con una muestra estática en las calles de la ciudad y charlas técnicas en el Cine Teatro Victoria.
El economista de Inta, Martín Giletta, presentó un análisis con resultados económicos del riego en la región pampeana, en donde mostró el impacto positivo del riego en estabilidad, reducción de riesgos y mejora de márgenes, especialmente en planteos de alto rendimiento y modelos integrados.
