La ganadería argentina está pendiente de una negociación comercial “bisagra” con Estados Unidos, que podría cuadruplicar el cupo anual de exportación de carne vacuna. Las conversaciones bilaterales apuntan a elevar el límite actual, fijado en 20.000 toneladas anuales, hasta alcanzar las 80.000 toneladas. Daniel Urcía, presidente de la Federación de la Industria Frigorífica (Fifra), confirmó que esta ampliación de cuota y beneficios arancelarios “está en la mesa”.
Para el sector, este potencial incremento representa un “acuerdo bisagra para la ganadería”, ya que aseguraría la fortaleza en los precios internacionales. Urcía dialogó con La Voz En Vivo.
Impacto económico y aranceles
El beneficio central de la negociación es arancelario, lo que permitiría que aproximadamente $ 2.000 por tonelada queden en el circuito productivo de Argentina.
Estos montos representan impuestos aduaneros que, con la cuota actual, ingresarían en el país de destino.
Actualmente, el cupo de 20.000 toneladas se exporta con un arancel aduanero del 10%.
La concreción del acuerdo busca optimizar la rentabilidad de los negocios que hoy son menos rentables en otros mercados, derivándolos al mercado americano.
Cortes de alto valor agregado
Argentina trabaja para posicionar estratégicamente cortes específicos en Estados Unidos, con el acuerdo sanitario ya vigente.
El foco está en el corte, el músculo, el ojo de bife, el bife chorizo, el lomo y la entraña.
Un ejemplo del éxito actual es el trabajo de empresas como Logros de Córdoba, que tiene “un trabajo fenomenal” con una cadena de restaurantes en la Florida. En esos menús, el corte argentino ya se identifica como tal.
De concretarse la ampliación de cuota, Urcía sostiene que la ejecución debería ser “inmediata”, ya que la cuota de 20.000 toneladas para el año en curso “está prácticamente ejecutada”.
Aunque las 80.000 toneladas representan menos del 1% del consumo total de Estados Unidos (un mercado que importa 2 millones de toneladas al año), para Argentina significaría un “apalancamiento fenomenal”.
Incentivo para el stock ganadero
La ganadería argentina se enfrenta a un desafío estructural: el stock no ha crecido en 50 años, mientras que la población se duplicó.
La falta de “entorno de negocio favorable y previsibilidad de precio” genera cautela en la gente, lo que explica por qué el stock no crece.
Urcía compara la inversión en ganadería con la minería: para aumentar un millón de terneros se necesitan invertir 1.000 millones de dólares.
Este acuerdo asegura precios futuros y proporciona el incentivo para que el productor invierta en novillos y vaquillonas, cuya venta se ve a los tres años.
Impacto en el consumo doméstico
La generación de incentivos para crecer es “la mejor noticia” para asegurar la oferta futura del mercado doméstico, el de mayor consumo de carne en Argentina.
Si el stock no crece, sí habrá tensiones de oferta y demanda en el futuro. Pero, a corto plazo, si se comienza a crecer en producción de carne y en stock, “tensiones de precio no debiera haber para el consumidor”.
Esta expectativa de crecimiento coincide con datos recientes del Ministerio de Economía, que indican que el consumo per cápita de carne (bovina, porcina y aviar) evidenció una suba interanual del 3,6% para agosto de 2025. La carne vacuna explicó más del 50% de este incremento, con un aumento de 2,16 kilos por persona, acompañada por una mejora del 1,03% en la producción de carne vacuna en lo que va del 2025 respecto al año anterior.
La industria frigorífica ve en esta negociación la oportunidad de asegurar la estabilidad de precios y las inversiones necesarias para que el stock ganadero argentino vuelva a crecer, garantizando la oferta tanto para la exportación de cortes premium como para el mercado interno.





















