Como viene ocurriendo desde hace 33 años, el Congreso Nacional de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) es una referencia dentro del calendario de eventos agropecuarios en el país.
Lo que nació para difundir el know how, que pioneros de la agricultura bajo el modelo de la siembra directa desarrollaron para todo el mundo, hoy se ha convertido en un faro para la innovación y la tecnología, que reúne a especialistas nacionales e internacionales.
En la actual edición, que cuenta con el apoyo de Expoagro y que arrancó miércoles 6 y finaliza el viernes 8 de agosto en el predio de la Sociedad Rural de Palermo, las luces altas apuntan al desafío de lograr una agricultura cada vez más eficiente, en un contexto de márgenes acotados y de consumidores cada vez más exigentes a la hora de adquirir alimentos.
Por eso, compartir información y datos es parte de la dinámica que impone el paradigma de la producción, con el objetivo de construir un modelo a partir de buenas prácticas relacionadas con el ambiente, además de sustentabilidad económica y social.
Para ello, especialistas de las redes temáticas de Aapresid tuvieron su espacio en Congreso para compartir resultados de ensayos en todo el país y los ejes rectores para tener en cuenta al tomar decisiones de manejo de los principales cultivos, entre ellos, los de servicios y maíz tardío.
En el panel “Cultivando servicios: ¿qué nos muestra el trabajo en red?”, el investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Agronomía de la UBA Gervasio Piñeiro expuso las principales conclusiones que arrojó el trabajo en la Red de Cultivos de Servicio durante la campaña 2024/2025.
Aapresid: el aporte de los cultivos de servicio
En lo que fue un año con buen caudal hídrico, el especialista observó que la superficie de este tipo de cultivos se ha vuelto a incrementar –tras la caída observada por la sequía en 2022 y en 2023–, y enfatizó en la necesidad de atender al manejo para aprovechar las campañas invernales y devolverles a los suelos nutrientes y cobertura.

Con niveles muy favorables de biomasa, y con diferencias muy positivas de rendimiento en las campañas estivales, Piñeiro remarcó que “los beneficios de los cultivos de servicios son claros”. Algunas cifras arrojadas por la Red que él mismo coordina lo respaldan: La producción de biomasa promedió entre 4 mil y 5 mil kilos en gramíneas (sobre todo centeno), leguminosas y crucíferas (como carinata y rábano); y se registraron aumentos en los rindes de más de 800 kilos en el caso de la soja y hasta de 4 mil kilos en el caso del maíz cuando se hicieron cultivos de servicios como antecesores.
En ese sentido, el investigador remarcó que “el talón de Aquiles de los cultivos de servicios es el agua”, y advirtió que, al contrario a lo que se cree comúnmente, “el barbecho largo no es una caja de ahorro, sino que también consume mucho”.
La conclusión a la que arribaron desde la Red es que, para aprovechar los beneficios que le dan al suelo y dejar un buen stock hídrico para la próxima campaña, hay que optar por los cultivos de servicios pero “terminar a tiempo”, incluso a riesgo de obtener menor producción de biomasa.
Aapresid: las recomendaciones para el maíz tardío
En relación con la tendencia en los cultivos extensivos, Santiago Álvarez Prado, doctor en Ciencias Agrarias e investigador de la Universidad Nacional de Rosario, abordó el caso particular del maíz tardío y el impacto que tiene la elección del cultivo de servicios antecesor, los híbridos, la nutrición y el manejo de enfermedades sobre el rendimiento de ese grano.
En el panel “Decisiones que rinden: Estrategias de manejo para maíz tardío en zona Núcleo”, que compartió con el académico Joel Spinozzi, el especialista aseguró que es muy importante la evaluación previa antes de elegir un determinado híbrido, fertilizar o aplicar fungicidas. “El mensaje es ‘evitemos las recetas’”, afirmó; y en línea con lo expresado por Piñeiro en su ponencia, destacó los beneficios que tienen los cultivos de servicios para mejorar el balance de nutrientes y ahorrar costos en fertilización.

“En la mayor parte de la zona Núcleo, hay margen para aumentar el rendimiento a partir de nitrógeno. Fertilizar más tiene un costo que tal vez nadie quiera encarar, y manejar el cultivo antecesor tal vez sea una alternativa”, explicó el especialista, y destacó que, además de aportar nutrientes, también es un buen método para aplacar malezas y ahorrar en aplicaciones.
Aapresid: tendencias en la conservación del suelo
Los referentes mundiales en conservación del suelo también dejaron su análisis respecto al cuidado del recurso, durante el Congreso que tuvo como lema “Código abierto”.
Por un lado, el brasileño João Carlos “Juca” Moraes Sá, referente de la Federación Brasileña del Sistema de Siembra Directa (Febrapdp); y por el otro, Rattan Lal, reconocido edafólogo de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos.
Moraes Sá, quien estuvo en su panel acompañado por Andrés Madias, gerente del Sistema Chacras de Aapresid, compartió los resultados de su último estudio, en el que tipificó, midió y analizó la dinámica del carbono (C) en suelos en un vasto territorio de Brasil, abarcando dos tipos de biomas y cuatro subregiones. A partir de allí, el investigador propuso un cambio de enfoque: dejar de hablar de secuestro de C para hablar de emisiones netas cero y emisiones netas negativas de C.

Según explicó, los sistemas de siembra directa (SSD) contribuyen a restaurar un equilibrio hasta lo que él llama “emisión neta de C cero”, es decir, alcanzar el nivel de C que tendría el suelo en un determinado ambiente en su estado natural, previo a cualquier tipo de uso productivo. “Nuestro desafío hoy es pasar de las emisiones netas cero a las emisiones netas negativas, ahí está el verdadero aporte de C”, resaltó.
En este sentido, el punto de equilibrio no sería una etapa de secuestro, sino de restauración. De acuerdo con las proyecciones y el modelo utilizado, “la agricultura podría estar a una generación de alcanzar el nivel de emisión de carbono cero, es decir, 50-60 años”, afirmó Moraes Sá.
Al cierre de su ponencia, sostuvo que reponer lo que fue previsto es una tarea obligada. Y dejó un mensaje claro: “Nuestro desafío hoy es pasar de las emisiones netas cero a las emisiones netas negativas, ahí está el verdadero aporte de C”, concluyó.
A su turno de Rattan Lal, consideró que los SSD, en el marco de una agricultura regenerativa, se inspiran en la ecoinnovación, se nutren de energía no basada en carbono y se orientan hacia la recarbonización de la biosfera terrestre como la base del desarrollo sostenible. Según su visión, “la materia orgánica del suelo es esencial para la salud del suelo, es el elixir de la vida”.

El investigador de la Universidad de Ohio precisó que la agricultura regenerativa entiende al suelo como “como una entidad dinámica y biológicamente activa, para mantener múltiples servicios de los ecosistemas para el bienestar humano y la conservación de la naturaleza”.
En esta línea, destacó que estos sistemas productivos permiten una agricultura capaz de abordar problemas como el cambio climático, la calidad del agua, la biodiversidad y la malnutrición.
Lal felicitó a los productores argentinos por su gran trabajo y los alentó a continuar esforzándose.